Quinto Libro
(Dibujo) Representación de un caballero de Rohan.
Gandalf y Pippin cabalgan hacia Minas Tirith a lomos de Sombragrís y, tras varios días de viaje, llegan a la ciudad y se presentan ante el senescal Denethor.
Pippin le cuenta los sucesos ocurridos en Parth Galen, incluyendo la
muerte de su hijo, y acaba ofreciéndole sus servicios como pago por la
deuda de gratitud hacia Boromir.Mientras tanto, de camino a Edoras, Aragorn y el rey Théoden se encuentran cerca de los Vados del Isen con Halbarad, Elladan, Elrohir y una compañía de montaraces del norte, que le transmiten al dúnadan el consejo de Galadriel y, junto a ellos, decide tomar el Sendero de los Muertos, por donde pueden llegar al sur de Gondor y así intentar detener a los corsarios de Umbar, que, habiendo tomado la ciudad y puerto de Pelargir, se disponían a enviar una flota de apoyo al Rey Brujo. Legolas y Gimli también parten con Aragorn hacia el sendero y allí convocan a los muertos de El Sagrario para que éstos, que debían cumplir con un juramento hecho a Isildur en el pasado para librarse de su maldición, les acompañaran en su lucha contra los corsarios.
Al quinto día de estadía de Gandalf y Pippin en Minas Tirith, una sombra espesa oculta la luz del sol y da comienzo el sitio de la ciudad por parte del ejército del Rey Brujo. Faramir es obligado a retirarse de su puesto en el Rammas Echor y huye hacia la ciudad, donde informa a Gandalf sobre Frodo y el camino que ha tomado para entrar en Mordor. Denethor, que comienza a mostrar síntomas de locura, envía a su hijo de regreso al Rammas Echor en una misión imposible para intentar detener al enemigo; la misión fracasa y Faramir regresa gravemente herido por el Hálito Negro de los Nazgûl, hecho que termina por enloquecer a Denethor, quien decide llevar su cuerpo a la Casa Mortuoria de los Senescales en Rath Dínen con la intención de que ambos fueran quemados en una pira funeraria. Pippin, tras presenciar el ataque de locura de Denethor, acude en busca de Gandalf. Mientras tanto, los ejércitos del Rey Brujo terminan de sitiar la ciudad y lanzan un ataque contra la Gran Puerta de Minas Tirith, que es derribada con la ayuda de un gigantesco ariete llamado Grond. Entonces el Rey Brujo entra en la ciudad y Gandalf, que dirigía la resistencia, sale a su encuentro, enfrentándose cara a cara con el Nazgûl.
Fue entonces cuando comenzó la batalla de los Campos del Pelennor. Los rohirrim hicieron retroceder al enemigo y los hombres de Gondor rompieron el sitio, saliendo a luchar a campo abierto. Durante la batalla, el Rey Brujo ataca a Théoden y su caballo, Crinblanca, se asusta y voltea a su jinete, cayendo sobre él. No obstante, cuando el Nazgûl se disponía a rematar al rey, Dernhelm se interpone entre ellos y revela su verdadera identidad, Éowyn, la sobrina del rey y hermana de Éomer. Merry, que estaba observando la escena, toma su espada y le da al Nazgûl una estocada en el tendón, mientras Éowyn, con un brazo malherido, descarga un golpe con su espada sobre el yelmo del Rey Brujo, quien muere. Es entonces cuando llegan a Harlond los barcos de los corsarios y los orcos ven sorprendidos como bajan de ellos Aragorn, Legolas y Gimli, acompañados de cientos de hombres del sur de Gondor que se suman a la batalla y consiguen la victoria.
Gandalf, quien había sido alertado por Pippin, vuelve al sexto círculo de Minas Tirith durante la batalla con para tratar de detener a Denethor. Al llegar a Rath Dínen se traba en lucha con el enloquecido senescal y logra rescatar al moribundo Faramir, más no a Denethor que muere en la pira.
Finalizada la batalla, los capitanes de los ejércitos deciden, por idea de Gandalf, desviar la atención de Sauron para que Frodo pueda cumplir su misión y, con las fuerzas que les quedan, se dirigen hacia la Puerta Negra. Una vez allí y tras negarse a las condiciones de Sauron, se inicia la batalla.
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